miércoles, 15 de junio de 2011

La llamada de la selva

TÍTULO: La llamada de la selva o La llamada de lo salvaje (The Call of the Wild)

AUTOR: Jack London (1876-1916)

AÑO: 1903

GÉNERO: Aventuras

DATOS DE INTERÉS: El autor, Jack London, es conocidísimo por otra novela cuyo protagonista también es un perro, Colmillo Blanco.

CURIOSIDADES: Clark Gable protagonizó en 1935 una adaptación libre de esta historia. Charlton Heston, casi 40 años después, protagonizó una nueva adaptación de la obra. El autor reconoció tras ser acusado de plagio que la novela My Dogs in the Northland le sirvió como inspiración para esta historia.

VALORACIÓN: Siempre me ha gustado más La Llamada de la selva que Colmillo Blanco. Su protagonista es Buck, hijo de un enorme san bernardo y de una pastora escocesa, que vive plácidamente en la lujosa mansión de una próspera familia estadounidense. La historia comienza en 1897, cuando se produce la penúltima fiebre del oro en Norteamérica (Yukón, Canadá).

En esa época los perros que valían para tirar de los trineos tenían un precio elevadísimo y se vendían en altas sumas de dinero. Es por ello, que un trabajador de la mansión en la que vive Buck decide hacer negocio con el perro. A partir de ahí comienza un sinfín de aventuras para el animal, que ve que todo no es de color de rosa, aunque se adapta muy rápido a cualquier situación. A lo largo del libro, Buck pasará por distintos dueños, algunos amables y cariñosos y otros malvados.

Pese a que se le etiqueta de una novela juvenil, lo cierto es que este libro muestra escenas de crueldad hacia los animales y de violencia y en general mantiene un tono oscuro.

CONCLUSIÓN: Un auténtico alegato en favor de los animales. El protagonista no habla y el libro está narrado en tercera persona, pese a lo cual, el autor consigue que en todo momento te sientas identificado con el animal y sepas que está pasando por su cabeza. Lectura imprescindible, sobre todo para los amantes de la naturaleza, de los perros y de los libros de aventuras.

UNA FRASE: Pero Buck no leía los periódicos ni sabía que Manuel, uno de los ayudantes del jardinero, fuera un sujeto indeseable.

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